Porque fueron somos, porque somos
serán
Desde
un primer momento, las mujeres se comprometieron en la lucha antifascista y
esto les sirvió para salir del entorno doméstico y participar en la vida
pública y política. Las mujeres organizaron labores de auxilio, de
abastecimiento, de asistencia infantil, de alfabetización, de formación.
Algunas, rompieron radicalmente con sus roles de género y se alistaron como
milicianas. Estas experiencias empoderaron a las mujeres, redefinieron sus
expectativas vitales y les sirvieron para tomar consciencia de sus derechos laborales,
sociales y políticos.
A
pesar de la dureza de la guerra, las mujeres vivieron ésta como una experiencia
que les permitió explorar todas sus potencialidades como seres humanos y
desafiaron al patriarcado como nunca antes se había hecho en la historia del
estado español. La guerra hizo perder parte de su sentido a las funciones
tradicionales de madre, ama de casa y proveedora del hogar porque durante el
conflicto, las mujeres proporcionaron alimentos, cuidados y asistencia a toda la población civil y militar. Las
mujeres rompieron las barreras del hogar para ser protagonistas de la vida
social de sus comunidades. Esto transformó sus vidas pues les dio autonomía y
capacidad para tomar decisiones que afectaban a la sociedad. Lograron así
superar el silencio impuesto por el patriarcado y saliendo de sus casas,
opinaron y se expresaron públicamente y con firmeza en cuestiones de política, economía,
guerra, antifascismo.
Durante
la guerra, las mujeres se politizaron. Desafiaron el monopolio masculino de la
vida política y se comprometieron con la misma. Su compromiso en la lucha
antifascista sirvió para que definieran un proyecto femenino, en relación con la
realidad que les tocó vivir. Se negaron a aceptar el papel de “ángel del hogar”
y lucharon, a veces sin éxito (como cuando fueron trasladadas desde el frente
de batalla a la retaguardia), para que se reconociera su valía en todos los
ámbitos de la vida política y social. Para ellas, el camino de la emancipación
femenina pasaba por la educación, la formación profesional, el derecho al
empleo y el compromiso político.
La
derrota de las fuerzas antifascistas dio paso a 40 años de dictadura
franquista. Como todxs sabemos, este régimen se basó en la represión brutal y la
eliminación de los derechos individuales y políticos alcanzados durante la II República. Para el
franquismo, la lucha de las mujeres por conquistar derechos políticos, por
acceder al empleo remunerado, por salir fuera de la esfera doméstica, fue vista
como el motivo por el cual el modelo tradicional femenino de “ángel del hogar” se
había desbaratado. Para el franquismo, esta fue una de los pilares de la
decadencia y corrupción política, cultural y moral de la sociedad en su
conjunto.
Por
eso, la represión a las mujeres no fue solo contra las que de alguna u otra
manera participaron en la contienda bélica, sino que se extendió a todo el
género femenino. TODAS FUIMOS REPRESALIADAS. Las voces femeninas
desaparecieron, sus organizaciones se dispersaron y se desautorizó su presencia
en la vida pública. La represalia llegó hasta la apropiación de sus hijos e
hijas.
Los
valores fascistas, entremezclados con el nacional catolicismo y con el
patriarcado que nunca había desaparecido, se infiltraron en la vida de todas
las mujeres librando una brutal contienda ideológica y vital que las encarceló
a todas en su hogar, una cárcel dorada o negra, de la que poco a poco, una vez
más a través de la resistencia y la lucha, estamos logrando salir. ¡PORQUE
FUERON, SOMOS!
Por
eso, para construir una sociedad justa e igualitaria, hoy como ayer, nuestra
lucha es contra el patriarcado, el fascismo y el capitalismo. Hoy como ayer,
las mujeres estamos luchando por la educación, el empleo, el reconocimiento de nuestros
derechos sociales y políticos y por la participación real y equitativa en todos
los ámbitos de la sociedad. Hoy también luchamos por el respeto a nuestros
cuerpos, campos donde libran un sinnúmero de batallas. Nuestra lucha no es
sencilla, tiene muchos frentes abiertos. Es una lucha que no podemos hacer
solas, pues la lucha feminista es y siempre ha sido también la lucha por la
emancipación de todo el género humano y por la vida en este planeta. ¡PORQUE
SOMOS SERÁN!
No hay comentarios:
Publicar un comentario