Como una larva
con ojos hambrientos
de mundo crecía
para desplegar con su
silencio
sus vaporosos sueños
de crisálida.
Ella caminaba ligera
con apretados pasos
por la acera soleada
de las ecuaciones
del futuro
vestida de pétalos
como joyas audaces
desparramando ilusión.
15 años
con el burbujeante ímpetu
que te arroja
hacia la vida.
Con el rostro
tallado por antiguas
creencias
llega el padre
clausura tus campos de
violetas
proclamando la
sentencia:
Matrimonio
volarás al país
de tus ancestros
a perpetuar
el sino de todas las
muchachas.
No puedes
no quieres
llevas un pendiente
de esperazas
en la curva de tu
ombligo
y en tu aliento
una cartografía perlada
con promesas
tu piel despliega
un arcoíris
tatuado con los
colores
de tus sueños.
A veces la dignidad
se refleja
en el rostro desnudo
de la muerte
cruzando hacia la
orilla
de su liberación.
María Germaná Matta -
3 de junio de 2012
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